miércoles, 18 de noviembre de 2009

Homenaje a Valdivia


Hace un año, hace trescientos sesenta y cinco días me apodaron de forma diferente y significativa. "Golondrina". ¿Por qué? Las golondrinas escapan al sur como muchisimas aves cuando el frio del invierno acecha. Yo también, pero no por el invierno, mas bien por el dolor.
¿Cómo puede ser una ciudad entera el refugio perfecto? Porque es desconocido, porque es extraño, porque al lugar que vaya nadie me reconocerá. Puede que me queden mirando mas de un par de segundos y solo sabrán que me han visto mas de una vez, nada mas. Puedo ir donde quiera y sé que estaré a salvo de cualquier mirada cruel, de cualquier palabra dañina, de cualquier gesto malvado.
¿Cómo puede ser un lugar tan frio una escapada tan apacible? No importa el clima, si llueve, si neva, si el viento no me deja caminar tranquila, no importa. La ciudad me regala vientos libres de cualquier rencor, libres de contaminacion. Sonrisas amables sin importar el frio que gobierne el dia. Pero por sobre todo seguridad y libertad, en cualquier sentido existente.

Si, me quejó de que es aburrido, que es rutinario, pero mientras me ofrezca el calor y seguridad que no puedo encontrar acá, es perfecto.

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